“Comedia con tintes musicales que trata la trágica realidad de los desahucios en España”. Así se presenta Artículo 47 en el Teatro del Arte, una obra de Lola Blasco, a partir de una creación colectiva con la colaboración de Miguel Bardem. Desde su anterior escenario, el Teatro del Barrio, vuelve con un elenco mediorrenovado y con ganas de alzar mucho la voz de denuncia social.
Estrenada el pasado viernes entre amigos, compañeros de profesión, miembros de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) y público que había pagado su entrada, Artículo 47 nos mostró por qué es necesario llamar la atención sobre un tema tan actual y que nos rodea a todos.
Presentada con historias compartidas y puntos de vista diversos, nos hacía partícipes al público para que atendiéramos sobre esta realidad social; los desahucios. Pero la obra no es un misericordioso llanto hacia lo trágico de la situación para apenarnos, sino que conjuga una completa invitación constante a posicionarnos en las familias que son echadas de sus casas, en los trabajadores que pierden sus trabajos y en los grupos de extranjeros que sufren en nuestro país lo mismo o más que los españoles.
La dirección de Lorena García de las Bayonas resulta magistral en un trabajo construido en varios espacios dentro de uno solo, donde tanto los actores como el público nos pudimos ir movimiento y situando entre las invisibles paredes y recuerdos que aprisionan tanto a los personajes. Una puesta en escena bastante sencilla pero muy eficiente a la hora de transmitir los roles con los que jugaba cada uno de los actores.
Las notas de musicalidad están perfectamente milimetradas y posicionadas entre las palabras que tanto sugieren y hacen emocionarnos. No nos olvidamos de destacar el trabajo de Javier Godino, todo un veterano en esto de poner corazón y fuerza en todo lo que dice y canta. Siempre es muy emocionante verle encima de un escenario porque la pasión que pone en su trabajo es insuperable. A su lado, la voz femenina más destacada, la de Alba Flores, se lucía con tremenda seguridad y sentimiento, desdoblándose en dos papeles que bien demuestran que su capacidad interpretativa y su valentía emocional la están llevando muy lejos.
El texto, creado a partir de testimonios reales (algunas referencias las pudimos oír minutos antes de empezar la acción, lo que hace más completa aún a esta propuesta escénica) hace las palabras aún más directas entre una acción que se vale de los cuerpos y de las cajas repartidas por todo el escenario, que van cambiando su función constantemente; puertas, sillas y mesas, entre otras cosas, son dibujadas y valoradas acogiendo los ocho cuerpos de estos actores que nos hicieron emocionarnos con una sencillez mágica.
Nunca había estado en una obra de teatro en la que estuviera oyendo llorar a la gente a mi alrededor por toda la emoción reflejada, por todos esos gritos de guerra, por todos los gigantes derrumbados y vueltos a poner en pie, por todos nosotros que somos los únicos que tenemos el poder y a veces no lo vemos.
Artículo 47, todos los viernes de enero en el Teatro del Arte (Calle San Cosme y San Damián, 3). Más información:
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