Pararse un momento a observar sus fotografías es ahondar en un mundo nuevo, no sólo porque puedes descubrir a una gran artista como es Cristina Otero, sino porque mediante sus fotografías puedes adentrarte en un universo repleto de seres fantásticos y de historias que narran las propias vivencias de la artista, sus sensaciones y sentimientos, pues como ella misma dice, su fotografía es casi como un diario personal, un recuerdo de lo que acontece en su vida.
Para ello Cristina Otero se sirve del autorretrato, son imágenes muy estudiadas en las que el maquillaje (realizados por la propia artista) y la luz juegan un papel determinante, dando como resultado fotografías de gran impacto y calidad que el espectador debe descifrar y completar mientras las observa. De este modo, y haciendo uso de su creatividad, esta joven fotógrafa logra con un medio que retrata ante todo la realidad, acercarnos a un mundo fantástico y onírico cuya fuente de inspiración es el día a día, o el trabajo de grandes fotógrafos como son Zhang Jinga o Steven Klein.
Sus imágenes, casi siempre son un primer plano que nos transmiten la psicología del retratado y que sin darnos cuenta, nos inducen a hacer una lectura introspectiva de lo que somos. Son obras que van más allá de lo que vemos a primera vista, nos narran historia del ayer y del hoy, y de un futuro que aún nos es incierto. Escenas en paisajes bucólicos o con animales como protagonistas en un fabuloso juego de colores y de luces y sombras que confieren a la producción de Cristina Otero, no sólo un interesante contenido, sino una estética donde la creatividad y el trabajo de la artista son algo más que tangible.
Sin duda alguna Cristina Otero es una de las fotógrafas más prometedoras del panorama artístico actual, su obra fue expuesta en la Kir Royal Gallery cuando ella sólo tenía 15 años, convirtiéndose así, en la artista más joven en exponer en España. Pero su producción no se limita al ámbito artístico, también ha trabajado para el mundo publicitario, así como en labores solidarias para distintas asociaciones.
Su obra es ARTE en letras mayúsculas, un ejemplo de que aún existen jóvenes artistas capaces de ofrecernos trabajos de calidad y de hacernos ver que el arte continúa creciendo y sorprendiéndonos, regalándonos piezas sublimes como las que hace esta fotógrafa, a quien auguramos un prometedor futuro en el campo artístico.