EL VIAJE

En el Teatro Reina Victoria se ha abierto, estos días, un túnel del tiempo digno de cualquier ficción de los años 80. El viaje nos plantea una historia conocida, como son las luchas entre generaciones, pero con un envoltorio diferente tratando muchos otros temas de la sociedad actual. Todo ello con música en directo que hace que el espectador baile en su butaca durante los más de 80 minutos que dura la obra. ¿Preparados para un viaje al pasado?

Esta creación musical, de la mano de los directores Andreu Castro y Daniel Bilanin, nos cuenta las vivencias entre dos amigos de la infancia, que han creado una empresa de IA de nombre “Enma-Corporation”, y la hija de uno de ellos. Dani, interpretado por el conocido Naím Thomas, se enfrenta al abismo que se abre entre su hija iniciando la fase de la adultez y sus propios traumas. La brecha generacional es inmensa y, para poder entenderse mutuamente, se le ocurre que, la mejor opción, es pedir a la IA un viaje a los 80. De esta manera, Ali podrá descubrir de primera mano cómo eran esos tiempos y, en teoría, entender más a su padre. ¿Se conseguirá este propósito? En esta pregunta está la clave para comenzar la aventura en la que el público también participa.

De este modo tan original, todos los personajes asisten y reviven vivencias íntimas muy diversas a las que se tendrán que enfrentar. Así, se aborda la ausencia, la muerte, la soledad, los estigmas…A la vez que se recuerdan momentos especiales y felices. Una serie de dibujos animados que ha marcado tu infancia (un ejemplo serían las míticas Dragones y mazmorras o Los mosqueperros), un videojuego o una canción nos lleva a esos espacios felices que siempre estarán dentro de nosotros. Y que, en definitiva, nos unen a todos aunque tengamos distinta edad y seamos muy diferentes. Sin olvidar momentos amargos como los que pueden traer las malas elecciones. Son nuestra vida y forman parte de todos nosotros. Humanos que solo buscamos un objetivo común que es el de conseguir eso tan escurridizo y tan difícil de alcanzar que es la felicidad.

A la vez, El viaje es un recorrido espectacular por la buena música de aquellos años entre la que no faltan propuestas como Thriller de Michael Jackson, Livin’On a prayer de Bon Jovi o Sleeping in my car de Roxette. También están presentes canciones de nuestro país, todas ellas interpretadas en un muy buen directo, con nombres como Olé Olé, Miguel Bosé o Alaska y los Pegamoides. Si bien, serían necesarios más artistas que se echaron en falta de la talla de Radio Futura o Tino Casal (del que solo se escuchan algunos compases no dignos de su gran figura).

Todo ello se sustenta en el trabajo grupal de cinco actores y cantantes que lo dan todo en escena. Sorprende mucho la figura del ya citado Thomas, al que quizá su propia historia no le ha tratado bien, aunque también destaca el papel de Ricky Mata, en la piel de Néstor, que introduce más de un gag cómico en la obra para el que no duda en transformase en personajes tan dispares como la abeja Maya o Margaret Thatcher. Lua Miguez, Ana Dachs y Jaime Bayo completan un elenco de diez que bien merece un aplauso.

En cuanto a los aspectos técnicos, destacan el diseño de vestuario (de la mano de Pilar Sanz, Alicia Mayordomo y Santi Giménez) y el de vídeo (creado por Susana Ordóñez, Carlos Guasch, Damián Hernández e Iker García). Todo ello realizado de manera grupal brillan con luz propia. Impresionante la interpretación de Life on Mars? de Bowie con esa sensación de estar en el espacio y de tener presente a los primeros referentes o el trabajo para poder dar vida a Enma. Se observa que en todo ello se han puesto muchas horas de trabajo, esfuerzo y creatividad infinita.

El viaje es una propuesta original y de muy buena calidad que hará disfrutar a esos niños de los ochenta y a los de ahora lejos, por una vez, de los sonidos actuales.

Dani y Néstor son los dos creadores de «enma-Corporatión» una empresa dedicada a la fabricación de nuevos softwares enfocados a la IA, la inteligencia artificial. Su propósito: llegar hasta e final de su investigación para recuperar los recuerdos perdidos a causa de la enfermedad del Alzheimer. Por eso, han creado un software que puede revolucionar el mundo de la tecnología. Ambos están esperando tener la reunión de sus vidas cuando son interrumpidos por el equipo de seguridad del edificio en el que trabajan, ya que Ali, la hija adolescente de Dani ha puesto en peligro su vida, subiendo hasta la planta 38 y saltando de una azotea a la otra mientras que su novio la grababa con el teléfono móvil, con la única intención de subir en seguidores. Ante esta situación y la inminente reunión en la que los dos programadores tienen que mostrar al cliente el potencial de L.A.I.A. (A.I), Dani toma la decisión de crear un viaje a través de sus recuerdos con la ayuda de la tecnología y por supuesto de L.A.I.A, para mostrar a Ali una época en las que no existían los móviles ni las redes sociales e igualmente se podía ser feliz.

Sonia López

Teatro Reina Victoria

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