Mejor película de habla no inglesa. Suena bien, ¿no? Pues a este premio Oscar es al que opta la película de David Trueba, Vivir es fácil con los ojos cerrados, obra de arte que se llevó 6 Premios Goya este mismo año; mejor película, mejor música original, mejor actriz revelación, mejor dirección, mejor guión original y mejor interpretación masculina protagonista.
Las historias de Trueba siempre conquistan. Lo hizo con Soldados de Salamina, Bienvenido a casa y sobre todo con Madrid, 1987, por nombrar alguno de sus más destacados trabajos. Este director, actor, guionista, novelista, y escritor en general, parece escribir con el corazón, dialogar con la imaginación y dirigir películas llenas de metáforas y sobre todo de personajes que luchan y que recuerdan, que nos resultan muy cercanos.
Vivir es fácil con los ojos cerrados es la historia de un maestro de inglés en Albacete que en el año 1966 viaja hasta Almería porque quiere conocer a John Lennon que está grabando una película. Este hombre existe, su nombre es Juan Carrión Gañán y estaba sentado al lado del director en los Premios Goya. Celebraron juntos el éxito y casi llegó a hacer más entrevistas que el propio creador de la obra.
La película es el viaje de Antonio, este pintoresco profesor, con Belén y Juanjo, que se le cruzarán en el camino como dos jóvenes perdidos, que a pesar de tener 20 y 16 años respectivamente, ya huyen de un presente que les oprime, les angustia y les aprisiona. Sus ansias de libertad y de felicidad lejos de sus hogares se verán entrecruzadas con las ilusiones y las lecciones de Antonio, que les acogerá en su camino como un náufrago en busca de aventuras y de cariño.
Estrenada el día 31 de octubre de 2013, la historia de Juan Carrión aún sigue en cartelera (al menos en la madrileña). Casi un año después, el tacto que tiene Trueba para crear esta historia es increíble. Y que no lo pierda.
Por todo el pasado que ya tiene esta película, por el presente aún en los cines y por un futuro esperemos con una estatuilla dorada, os recomiendo esta mirada hacia una España de los años 60 que no cesaba en su intento de seguir adelante y en la que David Trueba pone una confianza extrema y a ciegas en el reputado Javier Cámara que sabe dirigirnos en su camino con fuerza y con mucha seguridad.
Amanda H C