“Cada lágrima es única, como lo son cada una de sus vidas.
Cada lágrima es un diamante que brilla con luz propia.
A su vez, cada lágrima nos hiere.
Cuanto más se aproxima uno, más profunda puede ser la herida.
Sólo espero que el alma pueda cicatrizar”
Este es el texto base con el que la artista madrileña Olga Simón presenta su nueva exposición en la Galería 100 Kubik de Colonia. Una instalación formada por 223 lágrimas, una por cada una de las niñas que fueron secuestradas en Nigeria. Con este trabajo, la artista presenta un ejercicio de recuerdo y empatía. Una exposición que consigue no pasar inadvertida al espectador, que pretende que la noticia del secuestro y las repetidas violaciones que las niñas han sufrido se mantenga latente en cada una de las personas que visiten la instalación.
Cada una de estas 223 Lágrimas simboliza la vida de cada una de las víctimas. Son lágrimas únicas y diferentes entre sí. Las piezas se disponen en el espacio colgadas mediante un hilo negro, esta disposición crea una imagen triste, acorde con el hecho al que alude.
La instalación ocupa un espacio transitable que le permite comprobar al espectador cómo cada una de las piezas refleja la luz de manera diferente, espléndida y preciosamente, y al mismo tiempo puede apreciarse la fragilidad y la capacidad que tienen de ser destruidas en cualquier momento.
Su particular Jardín Polar completa la instalación. Una serie de fotografías, que contrasta enormemente con la otra parte de la instalación, de construcciones heladas en las que en su interior reflejan mensajes de amor, mediante las cuales la artista nos muestra su capacidad para transportarnos a un universo poético cargado de fantasía.
Olga Simón es una artista enormemente humana, capaz de crear atmósferas y situaciones que implican al espectador. En esta ocasión nos muestra un mundo lleno de detalles, donde los componentes de su obra como son la luz, el agua o las palabras son la simbología del mundo escondido y sentimental de la artista.
Elena Velasco.
Muchísimas gracias Elena Velasco por este precioso artículo.
¡Un fuerte abrazo!
Olga Simón
Me gustaMe gusta