¿Qué es arte y qué no lo es? Está claro que para muchos ésta es una pregunta de difícil respuesta, pero si ya nos metemos en aquellas manifestaciones artísticas que se ven envueltas en la polémica y que son tachadas en numerosas ocasiones de actos vandálicos, la cosa se complica. Sí, estamos hablando del street art o arte urbano, y es que esta forma de arte tiene muchos detractores que consideran que estos murales que aparecen en nuestras calles son un elemento carente de toda clase de civismo.
Sin embargo, considero que el arte urbano es el arte más puro, ya que aparte de ser una manifestación fundamentalmente contemporánea (no olvidemos que a pesar de desarrollarse mayormente en los últimos años, los hombres prehistóricos ya pintaban en las paredes de sus cavernas), se encuentra fuera de los círculos de críticos, galeristas y compradores de arte. Este hecho, le hace ser un arte que no se encuentre sometido a ninguno de estos elementos, y lo convierte en el resultado de lo que quiere el artista, sin tapujos y sin ningún otro fin que el de existir. Porque no podemos comparar el arte con el mercado del arte, éstas son dos cosas completamente distintas. El que una pieza que es considerada arte se venda en la actualidad por un puñado de miles de euros, no garantiza en absoluto que dentro de un par de décadas se considere arte, ni viceversa (y si no que se lo digan al gran Van Gogh).
Al ser una disciplina que en su mayoría se realiza fuera de los márgenes de la legalidad (sin entrar en aquellos espacios abiertos específicamente para su desarrollo), no se encuentra en la obligación de responder a ciertos patrones impuestos por la sociedad. Y es esto precisamente lo que hace del street art una manifestación pura. El artista trabaja movido por una motivación artística, reivindica lo que él considera, levanta ampollas sin importarle las reacciones del público, si lo comprarán los galeristas y coleccionistas, o si permanecerá en las calles décadas o semanas. Simplemente pinta, crea y nos regala lo que él es, su estilo de vida, su arte.
En el momento que el arte urbano entra en una galería o institución, pierde su esencia fundamental que es la de presentarse ante nosotros de una forma libre y sin tener que rendir cuentas a nadie, salvo a él mismo, es el arte por el arte; sin ningún otro fin que el de formar parte de nuestras vidas si así lo queremos, siendo de todos nosotros y hablando de lo que a todos nos gustaría hablar y reivindicar.
Pero aquí nos encontramos un problema que a mi entender enriquece esta disciplina aún más, y es que, al ser un campo de “fácil” acceso, todos y cada uno de nosotros podríamos ser artistas de la calle, ¿o quizá no?, efectivamente aquí es donde debe entrar en juego nuestro criterio, no todo aquel con un spray en la mano es artista, pues como en todos los campos artísticos hay artistas buenos, regulares y… bueno, los que no tienen pretensiones artísticas o los que quieren serlo y nunca podrán.
Nuestras calles nos han regalado obras de autores tan grandes como Banksy, Blek le Rat, Eduardo Kobra, Os Gêmeos, Jef Aerosol y un largo etcétera, piezas, que hemos podido disfrutar sin necesidad de pagar por ellas, porque el arte es un derecho que todos tenemos y de vez en cuando no está mal darnos cuenta de que todos somos coleccionistas de arte, porque la calle y sus grandes murales no dejan de ser la colección de arte más grande del mundo.
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Conoces la expo que ha montado ahora OKUDA en Moscú? Yo seguí el montaje por instagram y mola!
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Hemos estado siguiéndolo a través de su web pesonal. ¡Nos encanta!
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muy interesante articulo
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Interesante artículo, sin embargo me hubiera gustado ver algún concreto más claro de arte urbano en un contexto politizado o estigmatizado socialmente. Saludos
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